miércoles, 26 de noviembre de 2008

Papá, mama: Soy gay

Sin recordar sobre mi infancia intermedia, a los once años descubrí lo inevitable: Soy gay.

Mirando hacia atrás, no puedo negar que las señales eran evidentes y no tan discretas. Aclaro que nunca me vestí con la ropa de mi madre ni con la de ninguna otra mujer. Excepto en un sketch mágico, cómico musical en el que interpreté a una secretaria.

El primer síntoma que puedo recordar: Estaba perdidamente enamorado de BirdMan. Sí, sí. Y estaba totalmente celoso de BirdBoy. Por su puesto que no se trataba de un amor lleno de fantasías sexuales, al contrario, no podía esperar a llegar de la escuela para ver sus absurdas aventuras. El fue el primero de varios entre los que estuvieron Fred, Acuaman y por supuesto Thor.

En ningún momento imaginé que estar enamorado de todos esos súper héroes significaría “aquello”.

La verdad vino a mí en forma de un sueño. No te preocupes no voy a decir quien eres. Soñé con mi mejor amigo y claro que no fue precisamente un sueño apto para niños. Al despertar tenía la seguridad de una sola cosa: Me gustaba el chorizo.

Los siguientes dos años fueron muy complicados emocionalmente. Terriblemente enamorado de quien era mi mejor amigo sin poder decirle nada y la lucha constante por no ser aquel ser deforme, desviado y pervertido que se anunciaba en la Biblia, las telenovelas, los comentarios de la familia y amigos.

A los 14 años llegó a mí (no por si solo si no por dos años de psicoanálisis y mucho pensar y pensar y pensar) la sensación de ser un chingón con todo y todo, y sí: Soy maricón ¿y qué? –Y fue con esa fuerza con la que abrí la puerta de la recamara de mis papás y lo vomité: “Papá, Mamá: soy homosexual”.

La palabra homosexual retumbó en las paredes con un eco terrible y ensordecedor. Bueno no lo fue tanto pero sus caras eran de un millón de dólares. Finalmente su más terrible miedo los había confrontado y no sólo eso: Se había confirmado.

No quiero convertir esto en drama, sin embargo, lo que ocurrió después, fue difícil no sólo para mí, sé que ellos también tuvieron su parte de dolor.

Lo mejor de todo es que yo estaba seguro de que lo que me gustaba. ¡Pero aún era virgen!

P.D. Mándenmen sus preguntas sobre amor, soy re-te-bueno para eso.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

Viva México… ¿Neta?

Pareciera que al pasar la barrera de los “tas” es completamente imposible salir a algún Bar sin sentirse absurdamente viejo. Nuestra solución es simplemente hacernos ala idea que nuestra vida nocturna termina casi invariablemente en maravillosas noches de BlockBuster, pizza y cerveza; o en reuniones en casa de “alguien”. Así pues el 15 de septiembre no fue la excepción y tras haber estado resistiéndonos a salir del departamento, después de una sorpresiva llamada salimos inevitablemente de casa bajo la lluvia en dirección al Centro de la ciudad donde nos esperaban ya en casa de Moni.

Como si fuese una especie de síndrome o síntoma de alguna extraña enfermedad, pareciera que no puedo salir sin mi cámara digital de 12 Mega-píxeles. Tengo una necesidad de registrar. Cosa que por alguna razón antes no hacía bajo la excusa de que “me daba pena” –demonios qué más da-; al final del día (o de la noche) todo mundo salta frente a la cámara y todos quieren salir.

Entre la lluvia y la gente, abordamos el metro, en algún momento pensé que nos harían dejar los dos six de cerveza que llevábamos pero en no se nos dijo nada.

La noche transcurrió como cualquier otra borrachera, en realidad el momento del grito sólo fue notado por los fuegos artificiales que vimos desde la terraza. Sin embargo, no podía quitarte los ojos de encima, te veía convivir y al mismo tiempo reflexionaba sobre lo bien que me siento.

Los minutos y las horas se fueron entre charlas sobre relaciones interpersonales, política, un poco de arte, y en un momento que tuve para mi mismo, pensé sobre la “gran fiesta” que se llevaba a cabo en el Zócalo. -¿Viva México? ¿Vivan los narcos? ¿Vivan los políticos corruptos? ¿Vivan las marchas y las mafias políticas de nuestro país? ¿Vivan los sindicatos retrógrados? ¿Vivan las granadas explotando en medio de centenares de personas?

Viva el amor, viva la honestidad entre amigos, vivan la cerveza y los tragos gratis, vivan los “tas”, viva el sexo maravilloso y los orgasmos múltiples, viva el arte contemporáneo (aunque no lo entienda), vivan los cigarros, viva que ya no hay alcoholímetro, vivan los viajes de intercambio, viva la comida grasosa, vivan las arracheras y la salsa borracha, vivan los Post-It, viva todo y que se mueran los feos.

Terrible… pero en fin tengo todos mis deditos: Viva México

lunes, 15 de septiembre de 2008

I’m 32: So what?!

I’m 32: So what?!

Finalmente llegó el día que espero con ansiedad todo el año: mi cumpleaños. Una semana antes Piegra fue conmigo a comprar todo lo necesario para el hamburguetón. Así es, este año había decidido hacer hamburguesas. Habiendo citado a los invitados a las 13:30 –Esperando claro está que llegaran una hora más tarde-. En un principio estaba realmente preocupado, la gente no llegaba y yo tenía 120 hamburguesas listas para tirar el fuego. Así poco a poco llegó la gente. Este año no fue tan concurrido como los anteriores -¿Habrá faltado publicidad?-. Sin embrago, y como cada año, al final me preocupé simplemente por la gente que ya estaba ahí, lo s que estuvieron son los que tenían que estar –Valga la estúpida frase.

No hubo nada particularmente especial, excepto, que ahí estaba mi novio. –Sí, mi oficial y presentado por primara vez en un evento social novio. No faltaron los grandes personajes que forman parte de mi extraño círculo de amigos: y a todos los amo.

¿Qué sucede cuándo uno oficialmente ha pasado la barrera de los treinta? Nada en realidad, uno tal vez se vea más maduro y viene a la mente un sinnúmero de preguntas y cuestionamientos. Yo acostumbro hacer mi balance anual en mi cumpleaños, no en año nuevo como la mayoría de las personas. Y el balance: He salido ganando. Sí claro, la deuda que tengo no se ha reducido, y tal vez el número de personas que frecuento se ha ido depurando. Al final me encuentro con un novio maravilloso y un par de decenas de amigos incomparables.

Finalmente, hoy después de una sobredosis de “Sex and the city”, acepto mi realidad como es y a mi como soy: las tarjetas seguirán hasta el tope, al menos por un rato más, tengo debilidad por la buena comida, la ropa de diseñador (aunque escasa en mi closet), los zapatos Steve Madden. Terriblemente enamorado –Finalmente de alguien que no es un “emmotional freak”-, ilusionado y emocionado.

A una semana pasado mi cumpleaños, no pretendo ser chistoso con lo que escribo en este momento. Realmente sólo quiero dejar una constancia de que soy feliz.


Y sí ya tengo treinta y dos: ¿y?

domingo, 31 de agosto de 2008

Piegra

Ya sé, he sido malo y no he escrito nada. Desde que volví de mí a viaje de NYC, pasaron tantas cosas, que necesitaba tiempo para acomodarlas en mi mente. Tendré que retomar, tanto la crónica del viaje, como la crónica de mi vida.

Es en momentos como estos, en los hubiera (la maldita levedad del “hubiera) querido ser más inteligente con las tarjetas de crédito y tener como más “espacio” para hacer cosas.

Lo importante es que después de caer por el barranco de la soltería (responsable claro está) finalmente caí sobre una “piegra” que no sólo detuvo mi caída: Me lanzó por los cielos de una forma estrepitosa e ilógica. ¿Pero quién soy yo para no tomar tan maravillosa oportunidad? Finalmente a este corazón de perro callejero le llegó quien lo adopte. ¿Por cuánto tiempo? –Qué importa-. Estas convencido y lo puedo ver en tus ojos.

Así pues, sin miedo y convencido me declaro enamorado. Gracias Piegra por tu sonrisa chueca, por las cejas levantadas, por los cigarros que me robas, por soportar mis ronquidos la primera noche, por un fin de semana fenomenal, pero sobre todo, gracias por dejarte querer.

jueves, 7 de agosto de 2008

New York: a mind-blowing trip.

So there I was, at JFK airport trying to find my way out to the train that would take me to Ground Zero. Así que listo, compré mi boleto de 30 USD que técnicamente sería válido por 7 días. Pensé que el tren de alguna forma me mostraría parte de Manhattan, pero no fue así, después de 3 estaciones entramos a un túnel y, vale madres, nada… aún así estaba emocionado, a pesar del viaje de hora y media que me esperaba hacía casa de David.

I put on my iPod, but then I thought it was stupid, I wanted to hear the noise of the train running thru the tunnels and tracks. And then suddenly you came in to my mind. –Why? Am I falling for you? For Christ sake, no-. So after some time I got to Christopher St.’s station. Followed the instructions given to me to get out and then get to the Path Train, I go up the stairs and there it was, Ground Zero, surrounded by skyscrapers, I was in New York: Mind-blowing. It really was mind-blowing.

Los ríos de gente, no tenía oportunidad de salir de la corriente mientras cargaba mi maleta y mi backpack. Logré sacarme, respirar hondo y profundo –Carajo, estaba en New York-. I was so stupidly happy.
La verdad es que es un viaje en el que hice cosas que siempre soñé, cosas tan estúpidas como comprar un pretzel en Central Park, o comerme un hot dog viendo el atardecer just debajo del puente de Brooklin, vi a los dinosaurios en el Museo de Historia Natural.

Historias sobre lo que viví allá hay miles, desde los maravillosos atardeceres, haber caminado por Brodway durante cuatro horas, del Britanico-Iraní que conocí en el metro y me llevó hasta la puerta del Epire State Bulding.

Pisar esas calles, respirar el aire aconcretado de la urbe de hierro mezclado con los miles de carritos de hot dogs y de brochetas semi-árabes o algo así. No puedes dejar de mirar a la gente, modelos en el metro, modelos en el parque jugando sin camisa voleyball de playa. Una de las mejores cosas fue probablemente saberme dentro de los “NYC beauty standars”. Y no es algo que sirva más allá del simple “ego booster” –pero demonios-; vaya que sirve.

No hubo rastros de Godzila ni del monstruo de Clover Field; ni tampoco de invasiones extraterrestres. Tampoco vi ningún musical. Así pues con planes ya para volver la única con caución a la que puedo llegar es:

Yes, I ♥ NY.

martes, 29 de julio de 2008

The Day After

El día de ayer pasó prácticamente inadvertido excepto por las 4 horas que nos vimos después del trabajo, las horas pasaron como agua, y tu accediste a romper tu rutina de castigarte los lunes y me buscaste para que nos viéramos.

-Dos días cuando mucho-. Fue lo que dijiste

I didn’t get depressed like you said I might, I just got terrible blue. So, the fact that I could talk to you about all the things I was feeling and thinking made it easier top go thru. I actually had a great time yesterday, just talking to you and watch you smiling, which as far as I understood was not a very common thing for you to do on Mondays.

The hours went by like sand on a sand clock, I came to work and did what ever I had to do but seemed I did nothing, as if I didn’t have enough time.

I don’t feel strange anymore, but something is different about me, I feel as if my inner child awaked from a long dream. I can feel him just right beneath my skin.

I have changed.I fly to New York tomorrow, lets see what that brings...

lunes, 28 de julio de 2008

El Arquitecto

Antes que nada pido una disculpa por haber tenido abandonado esto, pero he estado recolectando experiencias… si no esto sería aún más aburrido. Quiere decirles que sé que muchos de ustedes me van a juzgar o probablemente estén en desacuerdo con lo que hice, sin embargo para aquellos que me conocen en persona, saben que difícilmente puedo dejar de vivir una experiencia cuando tengo ganas de hacerlo. Este capitulo es más largo que los demás pero realmente creo que vale la pena.

Hace un par de semanas conocí al Arquitecto, eso sucedió en una fiesta y eso es todo lo que voy ha decir acerca de cómo fue que nos conocimos. Así que llevamos un par de semanas saliendo por café, cervezas y de antro. En una de esas charlas fue que se sinceró conmigo y me dijo que no hera un santo precisamente y que ha usado pastillas, tachas para ser más exactos.


No soy una persona que se asuste facilmente.

Así pues el sábado quedamos de vernos para salir a bailar, fuimos a uno de los pocos lugares gay que mantiene cierta respetabilidad. Llegamos ahí alrededor de las dos de la mañana, the place was packed. Para aquellos que no lo sepan en los lugares gay hay varias sub-sociedades: Están “las divinas” que toda su ropa es de diseñador y básicamente van para presumir el outfit, los “sex and the city” que van en grupos de cuatro y cada uno presume ser idéntico a uno de los personajes, puedo mencionar más, sin embargo el grupo que a todos nos llama más la atención es el de “los descamisados”.

Ya en el antro el Arquitecto probablemente habrá saludado a unas 20 personas antes de llegar al spot donde acamparíamos mientras estuviéramos en la jungla gay. Acudí por mi usual cerveza y traté de empezar a bailar.


–Demonios estoy muy oxidado-. Pensé. 

Después de una hora ya estaba como siempre salte y salte y fue ahí (música de que algo misterioso y grande esta por suceder) 

-Te importa se me tomo media tacha-. Me preguntó el Arquitecto. 

A lo que respondí que no importaba.

Habían pasado probablemente 30 minutos cuando noté un ligero cambio en él, instintivamente lo primero que hice fue preguntarle que sentía –No puedo explicártelo, alegría euforia, mucha energía-. Durante toda la noche me presentaron por nombre a cada uno de los que saludaron a el Arquitecto, ¡Oh! Olvidé decir que el spot en el que pasamos toda la noche estaba dentro del territorio de “los descamizados”. Así es, el Arquitecto forma parte de este clan de hombres musculosos o delgados, que lo primero que hacen a la hora de estar en el antro es quitarse la camisa.

El Arquitecto, conciente de mi “inocencia” me cuidó cual guarda espaldas toda la noche, le avisó a todo su clan que yo estaba “limpio” y que me mantuvieran así. Además de haberme hecho sentir más que bienvenido entre ellos nunca hubo alguien del grupo que intentara siquiera tocarme o me tirara mal rollo.

La noche continuaba sin el más mínimo intento por detenerse y fue cuando vino el momento. -¿Quieres media tacha?-. No lo dudé, ya lo había estado pensando durante horas, supuse que la oportunidad vendría. –Sí-. Fue mi respuesta, así pues la sacó y me la metió a la boca, amarga y ácida hasta la madre, no supe que hacer con ella.

-¿Y ahora qué la mastico, se chupa o cómo?-
–Trágatela-. Respondiste riéndote, pero sin malicia, supongo te di ternura.

(Debo decir que ha sido uno de los momentos más sexys de mi vida, justo cuando pusiste la pastilla en mi boca y me dijiste "se adelantó tu viaje a Nueva York, enjoy the trip", y me diste un beso)

En realidad no puedo decir que sentí mucho en ese momento, lo único fue que a las 4 de la mañana estaba fresco como lechuga. Hubo cierto momento en el que me sentí un poco paranoico con respecto al Arquitecto, pensé que podría andar de cabrón por ahí, cuando iba al baño, pero después supuse que sólo era parte del efecto de eso. Y enrealidad me abrazaba bastante seguido.

A las 6:20 a.m. estábamos saliendo del lugar, no quiero entrar en detalles pero me sorprendió la cantidad de droga que corre en los antros, finalmente me quité la venda, realmente yo pensaba que no pasaba.

Antes de salir, se organizó un after en casa de Poweraid, la azotea de un edificio, sonaba interesante, el Arquitecto no me preguntó pero supuso que tendría ganas de ir, y así fue. Además ya se lo había prometido –El próximo fin, hasta que salga el sol-. Le había dicho yo un fin de semana antes.

Llegamos en caravana de cuatro coches, de ahí se recolectó dinero para comprar agua, cerveza, jugos y Gatorade, no más alcohol, sólo cerveces pero demonios, eso no es alcohol. Después de interminablemente subir escaleras llegamos, el departamento de Poweraid era pequeño, la única recamara en la entrada y la cocina y el baño conectado por un puente en el edificio de atrás. La azotea, en la Roma, tenía una barda de un metro cincuenta por lo que era bastante seguro. En chinga sacaron una mesa, un iPod, bocinas, una carpa para dar sombra, sillas, un par de camastros viejos y listos, sonó nuevamente la música electrónica.

No estaba cansado, no tenía sueño tampoco y estaba feliz. No estaba preocupado, ya había mandado un mensaje a casa avisando que no llegaría a dormir, estaba en excelente compañía y realmente me estaba divirtiendo.

Habíamos llegado temprano, pero qué más daba, un Dj llegaría después de las nueve de la mañana. -¿Quieres la otra mitad?-. Obvio mi respuesta fue afirmativa, así pues ya sabía que tenía que tragarla y lo hice.

No sé exactamente cuantos minutos después, pero justo antes de que el sol se asomara, hubo un cambio, hubo un interruptor que se encendió, sentí como si algo bajara de mi cabeza a mi estomago… una especie de vació que luego subió en forma de un sentimiento a mi pecho. Fue en ese justo momento cuando el sol irrumpió entre la torre Latinoamericana y el edificio de la S.R.E., no pude más que abrazar por detrás al Arquitecto y dejarme llevar por todo lo que estaba pasando en ese momento, no podía pensar, estaba perdido completamente en la textura de las nubes, el color, del cielo, los pocos rayos que desgarraban el frío azul del amanecer, el calor en mi pecho que venía de la espalda del Arquitecto.


Con forme la mañana siguió abriéndose paso, algunos de los asientes llegaron a excesos, no juzgo, sólo observé. Aún así en ningún momento hubo algún intento de pelea, ni malos viajes, en realidad los que no estaban a gusto simplemente se fueron.

La sensación iba y regresaba, duraba unos 30 minutos y se desvanecía para regresar una media hora después. Intensa, nuevo, asombroso, la música se escuchaba diferente, el sol se sentía diferente sobre mi pecho y espalda, todo en sí mismo era completamente nuevo, el sabor del jugo, del agua, sentir la piel del Arquitecto en lo que no pasó a más de abrazos y unos cuantos besos. Llenos de sentimientos, emociones que salieron al destapar lo que sea que haya estado tapado.

No voy a entrar en detalles de lo que vi y pasó en la fiesta, eso no me corresponde a mí y debo respetar la privacidad de los demás, lo único que puedo confirmarles es que no terminó en una gran orgía, como dicen las leyendas urbanas, o al menos esa no.

Salimos de ahí a las 2:30 p.m., fuimos al restaurante chino y aunque dijiste que no tenías hambre terminaste comiendo. No deja de sorprenderme que no paramos de hablar. Te dejé en casa y yo hice lo pertinente.

Me quedé dormido al momento que puse la cabeza en la almohada y no desperté hasta hoy, 12 horas después, listo para venirme a trabajar.

Me pregunto si todavía estoy bajo los efectos, ciertamente me siento diferente a como generalmente me siento, no estoy triste, me advirtieron que el bajón podría hacerme sentir así. Me siento contento, aunque algo melancólico, lo único que extraño absurdamente son tus abrazos. Me sentí tan protegido y al mismo tiempo sabía que yo te protegía, eso me hizo sentir bien, cuidarte y saberme tan cuidado.

Hace unas horas estaba sentado en Reforma, donde siempre estoy, y nuevamente el sol salió entre los árboles y la fuente de la Diana, levantándose anaranjado sobre la avenida -¿Estaré todavía entachado?-. Creo que sí. Siempre me he dejado impresionar por cosas terrenales como las nubes, el amanecer, el agua de una fuente, pero hay algo especial el día de hoy. Hay algo nuevo dentro de mi que no estaba ahí el sábado por la tarde, y lo que viví el fin de semana no lo voy a olvidar jamás.

Gracias Karmandito.

NOTA: NO ESTOY A FAVOR DEL USO DE LAS DROGAS POR FAVOR MANTENGANSE ALEJADOS DE ELLAS, COMAN FRUTAS Y VERDURAS.

sábado, 12 de julio de 2008

Son sesenta nomás.

Hoy es el cumpleaños número sesenta de mi papá, es curioso que traiga recuerdos de cuando estabas todavía el año pasado.

Ayer mientras platicaba con El Impresor sobre como según el a los treinta perdemos la posibilidad de empezar una nueva relación duradera, yo todavía creo en eso -¿Pero cómo?-. Siempre me parece obsiecivamente interesante al ir a un bar, observar la manera cómo se comporta la gente, y sale a flote la soledad de todos. Al principio el lugar hasta su madre de lleno, todo mundo platica, todos están felices mientras toman las primeras copas… poco a poco el alcohol que llena el organismo y el calor hae que la soledad se transpire. Entonces ya no sólo son pláticas, los que se vieron rápidos ya están muy abrazaditos de alguien, los que no… siguen tomando y eso sí a eso de las dos de la mañana empiezan las compras de pánico, ya lo que sea es bueno, no importa si no es la talla o el color correcto, lo importante es no salir solo de ahí.

Cada vez que pienso en la mañana siguiente de aquellos no puedo evitar reírme:

Por ahí de las 10 de la mañana la víctima abre los ojos… con el peculiar sabor a centavo en la boca… trata de recordar que pasó la noche anterior y qué más da –Seguro me la pasé bien-. Piensa. Dos minutos después cuando se estira todavía dentro de las sabanas su pierna roza algo… algo que no es de él. Sus ojos se abren casi desorbitándose y es cuando lentamente voltea a ver lo que ahí… la espalda desnuda de alguien que no recuerda como se llama. –¡¿Ínguezu madre… y ora este quién es?! Bueno, si me lo traje a casa no puede estar tan mal…

Con un par de empujones trata de despertarlo sin éxito… -Bueno igual mientras me preparo un café. Sale de la cama sólo llevando la trusa, y claro se lleva consigo la cartera y el celular… no vaya a ser la de malas. Mientras el está en la cocina, mira hacia la puerta de su cuarto que se abre lentamente (suenan violines tipo Psico). Y sale…

Y entonce sí, detrás de la cortina número uno… (Redoble de tambores por favor) La loquita, detrás de la dos, el disque oso gordo y horrendo, en la cortina tres: el que te pidió que fueran novios mientras lo hacían. En el mejor de los casos sale un wey tan confundido como el interfecto de aspecto normal y acepta un café mientras también se pregunta -¿Cómo chingaos llegué aquí?

Ayer por la tarde mientras estaba en el supermercado comprando las últimas cosas para la comida de hoy pensaba en que parece recurrente el tema entre mis amigos y conocidos, la gran vacuidad que existe hoy en mucha gente. Pareciera que nadie tiene el tiempo de saber quién es… o por lo menos de saber quién no es. Terrible, pero en fin… tengo todos mis deditos y eso es lo que importa ¿no?

lunes, 7 de julio de 2008

Galletas de Animalitos.

Recuerdo este gran ropero que tenía mi abuela, por alguna absurda razón, en la sala. Y era en este donde guardaba las enormes bolsas (que para mis pequeñas manecitas parecían más bien costales) de galletas de animalitos. De textura semi-acartonada, de color extraño, y eso sí nomás por que uno podía identificar las cuatro patitas y algo parecido a una cabeza.

Mis abuelos (aclaro que sólo me refiero a abuelos a los paternos) no siempre vivieron en esta contaminada ciudad, de hecho la casa del pueblo todavía existe. Ella falleció en octubre pasado, pero ahí sigue mi abuelo. El pueblo está en Michoacán (de ahí mi aspecto de güerito de rancho), a una hora aproximadamente de Guadalajara, no es un lugar que tenga ningún tipo de atracción turística ni mucho menos grandes industrias, realmente lo único que produce y exporta son mojados.

La casa está en el primer cuadrante, siendo la familia de mi abuela una de las tres dominantes del pueblo, y sí, no sólo políticamente, si no genéticamente hablando, es muy fácil reconocer a que familia pertenece cada quien.

Ir al pueblo era toda una experiencia, pasábamos ahí la mayor parte de las vacaciones, ordeñando vacas, recogiendo huevos (hum, no de esos), cuidando la huerta. Puedo recordar que siempre que iba con ella al mercado pasábamos frente a un lugar de estos que venden alimento para animales de granja, yo no podía evitar salir de ahí con una caja de zapatos llena de pollos. Sí, pollos. Nunca supe que les pasaba después de que me regresaba del pueblo, supongo los llevaban al rancho con los demás animales –Bueno eso quiero pensar.

Lo mejor del pueblo es el helado de vainilla, hecho con leche bronca, that’s what I think would be what my child hood would taste like.

Cuando mi abuela murió (el pasado octubre) fue un tanto complicado, no difícil, sólo lamento no haber podido estar ahí.

sábado, 28 de junio de 2008

Breakfast at thirty something a.m.

Sometime during the week:

SMS: ¿Nos vemos para desayunar el sábado? -Rápidamente pensé si tenía algo que hacer-. -What the hell, why not?
SMS: Seguro, just tell me time and place.

Hoy.

Eran las nueve de la mañana cuando comenzó a sonar el estero para despertarme –Puta madre, cinco minutos más-. Lo peor que podía pasar era que llegara fashionably late, pero hasta ahí.

9:20 am. Finalmente logré que la cama me soltara, regadera, un vaso con leche, me cambié la playera un par de veces antes de decidirme por una polo.

Ya en camino, no había caído en cuenta que hasta donde sabía sólo conocía a Omi de todos los asistentes, lo cual indudablemente representaba el común reto de interactuar con desconocidos. Es justo en momentos como ese donde cualquiera de mis dos personalidades puede salir a flote, la extrovertida o la que simplemente observa.

Finalmente llegué al punto de encuentro y mientras buscaba dónde estacionar el auto recibí una llamada de mi anfitrión:
-¿Dónde andas?
-Ya estoy por llegar, sólo busco dónde (…).
-No, no, te veo enfrente, el lugar está cerrado, bueno clausurado.

So we changed our reunion location, we drove unknowingly where to in to la Condesa. –I hope we find a parking spot soon-. And so we did.

It was practically empty, no cars on the street, no pedestrians. –Probably they are all getting ready for the Pride Parade-. So after kissing hello to Omi and his friend, we decided to go in to one of those franchise restaurants. I’ve known Omi since college, and even thou we were well aquatinted, at some point our lives took separated paths.

So once we were at our table (no host took us there), the usual chitchat began, there was some one missing still, so we’ve just ordered drinks, the usual iced tea for me and fruit juice for the other two.

Finalmente llegó el que faltaba: Tall Omi.¡Oh! Claro olvidé comentar que los tres se llaman igual así que para efectos de esta narración serán Omi, Tall Omi y Pumpped Omi.

De inmediato la química conversacional fue evidente, no parábamos de hablar y así poco a poco la conversación se fue tornando más profunda. Hablamos claro del “News Devine” y de la irresponsabilidad de los padres de ahora, de lo terrible que es nuestro gobierno tanto federal como capitalino. En un momento, surgió el tema de la paternidad, es interesante ya que debido a “nuestro problema” generalmente causa mucha controversia. Tres de nosotros queremos ser padres y Pumpped Omi no. Y así fue cuando Tall Omi dijo esa frase que supongo a todos nos aterroriza escuchar en una conversación de la que somos partícipes:

-No quiero sonar a ruco, pero definitivamente las cosas ya no son como antes.

¡Demonios! The worst part is that everyone on the table agreed, and so we satrted to list the things that have changed: que sí los niños ahora no tienen límites, que no había tanta droga, que si los adolescentes no guardan el más mínimo respeto por los mayores (o sea nosotros). –Damn, damn, damn! We are having a grownups conversation. Yes, one of those conversations our parents used to say we couldn’t understand ‘cause we were too young.

Nos dimos cuenta de lo que sucedía y no quedó más que reírnos y así finalmente aceptar que a diferencia de los eternos adolescentes de cuarenta y quiúbole de años, que no faltaban a pasar lista en el Living, nosotros estábamos muy a gusto con nuestros treinta y tantos años.

Hablamos de todo y de nada, de cómo es difícil encontrar una relación decente teniendo treinta y tantos (obvio siendo gay, de lo otro no hablo porque no sé), de cómo mucha gente pierde el tren y se queda instalada en la eterna putería, de cómo nos vamos haciendo cada vez más selectivos, y de los patrones en los que caemos incluso concientemente.

When I was a kid, I always had trouble to get along with people around my age, I felt they were brutally boring, always doing phony stuff, I hate when people, no matter their age, do phony stuff. I was finally having an exceedingly interesting conversation with people around my age.

And then, we did realize: Oh my God, we are so thirties!


P.D. Xtian, aunque esto no es la hora de las complacencias creo que tienes razón, ta chan: Fotos
P.D.2 Se buca corrector de estilo, obvio para lo que publico aquí.

miércoles, 25 de junio de 2008

El no Abuelo-

Bueno ahora sí, continúo.

Obviamente no voy a contarles año tras año, ya que no creo que les interese y la verdad tampoco me interesa contarles como fue que en el festival de la primavera salí disfrazado de león. (ups, ya lo hice).

Fue durante los primeros años que descubrí la diferencia entre el amor y el “ajuerzas” te soporto por que eres mi nieto. De este lado del cuadrilátero: Mis abuelos paternos, del otro Papá B y Mamá M, así es tenía prohibido llamarles abuelos, el motivo “es una mala palabra”, lo que en realidad significaba “No puedo aceptar que mis hijas tuvieron sexo y ya tuvieron chamacos”.

So, while I had this totally cool grandma who actually let me do what ever I wanted, on the other side I had a grandfather who couldn’t just accept the fact that he was getting older. Así que varías veces al mes era muy común que a mi padre se le hiciera tarde para llevarme al kinder (esto, un a vez que mi hermano entró ya a la primaria y había que dejarlo antes que a mi) y su mejor opción era dejarme en casa de mi abuela, so pena de no seguir haciéndolo si le comentaba algo a mi madre.

En casa de mi abuela fue donde me fue revelado lo que me gustaba, siempre me tenía una caja de gises de colores con los que podía hacer murales del tamaño de todo el patio, a la hora de la comida le ayudaba a prepararla, todavía es para mí uno de los mayores placeres el preparar una comida y descubrir como la casa se va inundando de todos los olores. Siempre me alentó a amar lo que hacía –hubiera querido más gente como ella en mi vida-. Nunca he conocido a una mujer que viviera tan apasionadamente en contra de todo, actriz de carpa, esposa, mujer abandonada con siete hijos, y nuevamente esposa del mismo hombre que la abandonó. Por el momento no profundizaré más en la historia de la familia De la Puerta… eso será más adelante.

Ahora bien, Papá B, el padre de mi madre, tenía un profundo amor por mi hermano, siendo el primogénito de ambas familias. Además de un complejo de deportista enajenado el cual no compartía yo, se traba de un hombre que viene de una familia altamente religiosa, pero bien a la mexicanota: Doble moral. Así que mientras el señor nos llevaba de paseo a mi hermano y a mi jugar squash (por Dios yo sólo tenía 5 años), el nieto rarito, o sea se, yo, prefería recolectar insectos en los prados que rodeaban la cancha de squash, tenis, basketball, frontenis, o cualquiera que haya sido el pelota-deporte que seleccionó para ir a “divertirnos”. Su rechazo era inminente, absurdo y cruel para un niño de mi edad que no entendía por que su abuelo –perdón Papá B-. Así que fue como fui desarrollando mis dos grandes personalidades: La que revienta y se explaya creativamente y la que sólo observa.


P.D. Lito me canceló a última hora -demonios-. y ahora a ver pa' cuando man.
P.D.2 Gracias a Anónimo por sus comentarios y el quote de Madonna, supongo que lo mismo pensarían Jesús o Hittler. (I was just being ironic)

lunes, 23 de junio de 2008

¡Eres googleable!

Sigo haciendo una pausa en el relato de mi vida y lo interrumpo por un par de momentos del presente.

Esta semana han pasado cosas extrañas, ni buenas ni malas sólo cosas; por una parte ya van un par de meses que Lito regresó a mi vida (aunque no nos hemos visto), lo cuál es en muy agradable y en cierta forma absurdo. Nunca nos damos cuenta que tanto extrañas a una persona hasta que pasan 7 años y comienzas a hablar de nuevo con ella. Así pues (demonios creo que digo demasiado “así pues”) hablamos por un largo rato, sin importarme que el tiempo aire se consumiera como cerillo, hablamos como si no hubiera pasado el tiempo. -Ahora te escuchas más grande, más maduro, pero sigues riéndote como niño-. Y aunque te esfuerzas por mantenerte Smashing Pumpkins, no puedes evitar que lo rosa pastel salga de repente, te ríes de todo lo que digo, y eso es encantador.

-Oye, por cierto eres “googleable”.
-Ya lo sé, -reíste tan orgullosamente-. Últimamente he estado en contacto con gente “muy googleable”, y me pregunto cuando tendré yo esa clase de fama superficial y al mismo tiempo tan envidiable. No sé por qué te relaciono muchísimo al sound track de Empire Records.





Lito: Lo siento tuve algo más interesante que hacer que ir a tomarte fotos al Metro clandestinamente mientras entregabas “el paquete”.

Hablamos y hablamos y finalmente quedamos en vernos esta semana, no puedo evitar sentir algo de nostalgia y claro muchos nervios.

También hablé con el Brujo, que desde que le han cortado el acceso a Internet en su oficina, hemos perdido algo de comunicación. Es bueno saber que tengo gente tan perversa de mi lado. Finalmente parece que tomará en sus manos algo que yo no tuve el valor para hacer. No puedo vengarme, por más que quiero, simplemente no está en mi naturaleza actuarlo. –Puedo pensarlo, claro, igual que todos-. Puedo imaginarme la máquina perfecta de tortura, (esto le causaría gracia al Sr. Cerebro quien dice estoy loco y de quien les hablaré después, si es que hay un después). EL Brujo dice que sólo lo hace por proteger sus ex-intereses, pero yo creo que lo disfruta, ¿qué hará?, no lo sé, no quiso decirme y tal vez sea mejor así.

¿Quién no ha querido una vez en su vida hacer pedazos la vida de alguien más, por venganza o simplemente por el puro placer de sentir el poder?
En fin, yo tengo todos mis deditos, aunque es posible que el "not so talented Mr. Ripley" esté por perder uno o hasta más...

jueves, 19 de junio de 2008

Una Mañana Sin Smog

Es imprescindible que antes de continuar haga un alto: I woke up taday a little bit later than the usual so, in consequence I left home later, I’m not sure if that has to do anything with the time but there was hardly any traffic on the street.

Eran aproximadamente las siete de la mañana y mientras conducía por el Periférico comencé a percatarme que había menos contaminación de lo normal. Así pues con la mirada puesta en el horizonte, noté que indudablemente las montañas se miraban más verdes, excepto por la parte superior del Ajusco la cual has been dirt brown for ages.-I can hardly remember when was the last time it saw it snowed-. Al llegar a la altura de San Jerónimo y subir al pejeriférico (oficialmente: el segundo piso) la ciudad se mostró ante mí majestuosa (esa palabrita va por ti Agarto). Elcielo parecía tratar dmostrarse lo más azul posible, casi como si estuviera aguantando la respiración para lograr un tono ligeramente púrpura.

Justo el sol salía y todo lo iluminaba con un ligero baño dorado, a mi derecha a lo lejos Legocity (Santa Fé) donde un poco más hacia la derecha, el edificio Altus se levanta cual gigantesco falo de cuaretna y quíbole de pisos.

De frente a mí se ve lo que comienza a ser el skyline de la Ciudad de México: Residencial Bosques, Torre Mayor, el St. Regis, la torre HSBC y Reforma 222. Vaya finalmente esta ciudad comienza a ganar algo de respetabilidad.

Así pues, como todas las mañanas llegué a la oficina unos minutos antes de las ocho, pero no podía evitar sentirme complacido por el espectáculo que se me había regalado hoy.

sábado, 14 de junio de 2008

Desde Entonces Era Obvio

Es curioso cómo puedo recordar cosas de cuando era tan pequeño. Es casi como si pudiera ver el video:

Íbamos rumbo al kinder en el Fermond azul de mi papá, y de tarea habíamos tenido que recortar y pegar sobre una cartulina la imagen de una maestra, recortar su vestido, ¡tenía todo un set de ropa!, la que se le colocaba doblando unas pestañas blancas al borde, claro que saben de cuáles hablo. Así pues venía jugando con ella… ¿y por qué no? Bajé la ventana y la hacía “caminar” justo por el borde, cabe aclarar que veníamos en el carril de alta velocidad –ahora extintos-, sobre Tlalpan (para lo que sean chilangos o conozcan las calles de acá, si no, simplemente una vía rápida, cuando todavía lo eran). Obvio el viento hizo que saliera volando, bueno, fue tanto el drama por que mi tarea había salido volando por la ventana, que mi padre no tuvo más opción que detenerse ahí mismo y bajar por ella.

Uno de los días más felices que recuerdo en esa escuela fue una Navidad, que la mamá de Daniel se disfrazó de Santa Claus y desde el techo de uno de los salones nos aventaron juguetes. No podría olvidar lo que sentí cuando escuchamos los cascabeles, y salimos todos corriendo desesperadamente para encontrarnos con aquella señora travestida, riendo -¡Ho, ho, ho!-. Debe haber sido algo especial también para ella.

Creo que de alguna manera, Daniel fue mi primer amor, claro, un amor estúpidamente infantil, tierno, algo tonto. Hum… probablemente debí haber notado aquellas primeras señales. No puedo decir que siempre he sido gay, antes no había lívido, no había deseo, no había sueños húmedos ni miradas penetrantes como balas. Sólo había amor.

Bueno basta de cursilerías, me dejé llevar por la nostalgia.

lunes, 9 de junio de 2008

the Beggining.

Después de meditarlo, una semana, en la que una serie de eventos desafortunados y otros no tanto, ocurrieron, por lo que en algún punto, sentí que simplemente necesito escribir sobre mí, el verdadero yo. Y aunque por el momento no entraré en detalles sobre la cronología de los mismos. –En realidad carece de sentido -. Bueno, el punto es, (antes de que comience a divagar por las cientos y cientos de ramas) perdí el hilo de la novela/biografía/cuento que comencé, así que más bien me dedicaré a simplemente, y “de mientras” a escribir mi historia: “the mÖnster! chronicles”. Pido perdón aquellos que se reconozcan, y pido perdón por libertad literaria que me tomaré para contar algunos sucesos. Espero tengan tiempo, ya que siendo esta la primer entrega podría ser larga.

So I should start from the very beginning: Born in México City around 1976, el primer dato curioso sobre mi, es que fui registrado 6 meses después de haber nacido, lo cual mis padres nunca han podido responder y siempre cambian la versión; así pues salí del hospital arropadito como tamal. - Bueno no lo recuerdo eso dicen -. Corrijo: me sacaron del hospital. Hijo de una familia perteneciente a la extinta clase media alta, mis padres siempre trataron de que no nos hiciera falta nada, y es más que nos sobrara un poco de todo.

Me permitiré hacer un Fast forward, a la edad de dos años, cuando tuve mi primer encuentro con un terapeuta. Por alguna extraña razón, mis padres “sospechaban” que su hijo, el más pequeño de los dos, tenía “un problemita”. Después de varías pruebas los resultados fueron que en realidad no tenían nada de que preocuparse, que de hecho sólo era un poco “diferente”. Muy creativo, algo reservado, ah claro y con IQ por encima del promedio (el cual creo se a ido atrofiando por falta de uso, demonios), lo suficiente para que en ese momento les ofrecieran enviarme en unos años a una escuela en Inglaterra… bueno es obvio lo que decidieron en ese momento.

Unos años más tarde, bueno uno para ser exacto, fui inscrito en el kinder “Happy Days”, una de esas pequeñas escuelas adaptadas en una casa. Donde la Miss Güera, era la directora de dicho centro de moldeado de pequeñas mentes (seguro se volvería a morir si le contara mis andanzas). Cabe aclarar era una escuela de esas donde no hay maestras ni señoritas, teníamos Misses. Por alguna razón mis primos, mi hermano y yo, éramos los consentidos de la directora y de nuestras respectivas misses. Así que si teníamos sueño podíamos subirnos adormir al departamento donde vivía la Miss Güera, si teníamos hambre nos daban galletas y leche.

No puedo olvidar mi primer día de clases en el kinder. Una vez que habíamos pasado la puerta y esta fue cerrada, corrí y salté para aferrarme a ella llorando desesperadamente, el pobre de mi hermano simple mente no sabía que hacer, mi madre no tuvo opción más que subirse al auto, con una cara de preocupación desesperada y marcharse.

Como todas las escuelas teníamos nuestro clan, en el cual no entraba “la cochinona”, que era llamada así porque no había podido superar el control de esfínteres, seguramente era una manera de llamar la atención, una muy grotesca, sucia, irritada y olorosa forma de llamar la atención. También estaba Santiago que a pesar de ser el más alto de todos, corría y gritaba como niña, seguramente en alguna vida fue rubia asesinada en película de terror barata. Y claro estaba mi mejor amigo, Daniel, del cual lamentablemente no he sabido nada. (¿Maldita sea, quién siente añoranza por su mejor amigo del kinder?)

To be Continued…

lunes, 26 de mayo de 2008

The mirror

I shouldn’t have trusted in you, at least not in the way I did. It’s been three weeks since I’ve been hiding from every one, here alone in my studio, well let me rephrase, not alone, with this goddamn thing inside of me, running thru my blood. All the windows taped or blocked to avoid sun light to enter the room. –It hurt me, hunted me-. Listening to a godamn Oasis record, "Yes I need more time, yes I need more time, just to make things right"; playing over and over again like some kind of modern mantra.

Debí saberlo desde el momento que te vi mirando a esa chica en el Metro. Era anormal, prácticamente obscena. Sabías que te estaba observando. Y aún así, tomaste bien el tiempo, te acercaste a ella y le hiciste un comentario sobre el libro que venía leyendo. Thru several subway stations you picked on it, probably to have something to say when you were ready to make your move.

-¿Qué día es? –me pregunté mientras recordé a todos los clientes que dejé plantados. –Maldita sea, qué día es-. Estúpidamente olvidé que la computadora podría indicarme.

Realmente habían pasado tres semanas en las que desesperadamente buscaba alguna respuesta en la red. No había nada, sólo leyendas urbanas y uno que otro sitio que más bien rayaba en el fanatismo.

Miré a mí alrededor y me dí cuenta del desastre que era mi lugar. No tenía nada claro en la mente, parecía como si no hubiera sido yo el que estuvo ahí recluido durante todo ese tiempo. –No recuerdo haber pintado esto-. Pensé mientras miraba trazos sin sentido en la pared más grande que había en el lugar.

Parado frente al espejo del baño, no pude reconocerme, ni siquiera podía recordar que había comido durante mi retiro. Me veía delgado en demasía, pálido.

-Necesito salir de aquí-. ¡Había olvidado pagar las tarjetas!

domingo, 25 de mayo de 2008

La barra

Di unos cuantos pasos dentro. -Que diferencia de aquellos tiempos cuando se permitía fumar dentro de los bares. Claro, es una lata tener que salir cada que se te antoja chingarte a cancer stick. Aún así, es bueno por aquello de la salud y todo eso.

Efectivamente ya estaban ahí, pude ver que ciertamente me estaban esperando. Un lugar vacío. El grupo de jazz estaba ya en su lugar ejecutando rítmicamente su número. Definitivamente no quería que notaran mi prisa por llegar, por lo que en vez de ir directo a la mesa tomé la ruta más corta a la barra: -Un whisky, en las rocas y Perrier sin montar. Hice una pausa, el barman había tomado un vaso largo en lugar de un chaser: -¡Julio, sin montar quiere decir al lado! Tuve que repetir. Me miró y simplemente sonrió bajó el vaso y tomó de detrás de él el adecuado.

Le di un billete de cien pesos, mientras ponía frente a mí el trago y el agua mineral y con la mano hice un gesto para que tomara el cambio como propina. Levantó su mano dando las gracias y me miró a los ojos para llamar mi atención antes de que me diera la media vuelta y me reuniera con mi grupo. Volteó hacia el final de la barra para luego regresar a mi. Quería que viera algo, o más bien a alguien.

Y ahí estaba, la imagen perfecta de lo que podría tener esa noche si quisiera. –Este cabrón –pensé-. Sabes muy bien lo que me gusta. No pude más que sonreír mientras me mordía el labio. –Not today, I0’m not here for that tonigh. –Me dije a mi mismo tratando de convencerme de que no me interesabas.

Le di las gracias a Julio con una mueca y me fui a la mesa. Algo sucedió en mí mientras daba el primer trago y caminaba hacia donde mis amigos. La música se tornaba sorda, me sentí pesado, no puede evitar mirar hacia donde estabas, me estabas observando, más que eso: me estudiabas.

viernes, 23 de mayo de 2008

Pristilino

Ya en camino, mirando a la gente a través de la ventana del bocho. –Demonios, ni siquiera recogí los pedazos del celular. – ¿Me harían válida la garantía?

Quería llamarte, pero definitivamente no era una posibilidad, además, no quería verme desesperado, de cualquier manera, no tenía ni la más remota idea de tu número. ¿En que momento nos volvimos tan dependientes de las agendas electrónicas?

Mientras mis “profundos” pensamientos eran interrumpidos por la monotonía de “Baby te quiero, baby te quiero”; noté un letrero escrito en el tablero del auto: “Sólo cuates”. Definitivamente el taxista no era en lo más mínimo friendly, en ningún momento hizo el intento de tener alguna absurda conversación.

Miré mi reloj, ya eran quince pasadas las doce. –Aquí está bien, yo camino. Ya estaba a escasas tres calles. Algo había en el aire, y aunque me sentía atrapado en el cliché de una canción ochentena, definitivamente podía sentir que “algo había en el aire” esa noche.

El bar jasero, en el medio de un paso peatonal del centro, de los que le debemos al godman gobierno izquierdista, estaba en el sótano de un edificio grotescamente Art déco.

-Adelante, que gusto que hayas venido. Ya nos tenías muy abandonados.

Ni siquiera me tomé la molestia de mirar a la hostess mientras levantaba la cadena para dejarme entrar, burlándome, sin querer, de todos los wanna be hip que simplemente me miraron con esa envidia que da gusto sentir.

Por alguna estúpida razón pretendí pensar que estarías ahí. Obviamente no era así.

jueves, 22 de mayo de 2008

Getting the cab.

Eran casi las doce de la noche, -Damn it was late; I was so stupidly and unfashionably late. No había tiempo de tomar el subterráneo, caminé unas cuantas cuadras para llegar a la avenida y tomar un taxi. – ¿De dónde vendrá ese olor? Pensé mientras apresuraba el paso. Era molesto, no sabía exactamente que era pero estoy seguro haberlo olido antes. Traté de no prestarle importancia, pero por un momento cruzó por mi mente que tal vez era yo. Hice lo que cualquier hombre haría: I smelled my armpits. –No, no soy yo. Yo siempre huelo bien.

Sólo hacía un rato había tenido ese extraño sueño, no quedaba más que pretender que no me había hecho sentir raro, y tratar de pasarla bien. Miré el reloj. – Las doce cinco. – Ya deben estar ahí. I got my cell phone out and after struggling to write half a text message while walking, I realized I was at the avenue where I needed to get a cab. –Damn. El taxi venía, levanté la mano y el celular simplemente resbaló, y claro, el taxi se detuvo justo sobre de él, haciéndolo pedazos. –Maldita, maldita, maldita sea. What the fuck is your point?-. Dije mientras miraba al cielo.

Debo aclarar que no soy materialista al grado de que mi vida termine por un celular arrollado, pero: Hay límites.

Algo extraordinario ocurrió, justo en el instante que el celular caía de mis manos, una polilla, una maldita y desagradable polilla se posó sobre mis dedos. Inevitably the goddamn usual thought crossed my mind. –Damn, I look hot tonight.

Me subí al tapsi, perdón, al taxi. –Al centro, a Motolinía.

-Claro que sí güerito. Respondió el taxista con esa familiaridad que siempre me ha molestado.

Esa maldita costumbre de… Ni soy güerito ni estoy güerito…

Trataba de no poner atención a la música, y mucho menos a los identificadores: “La bien parada”. –Who the heck names a radio station like that?! No había mucho tráfico y sería cuestión de 20 minutos, así fue que tarde y sin comunicación, consternado por el estúpido sueño que había tenido, con restos de polilla en los dedos, pero que más da. Había llegado.

martes, 20 de mayo de 2008

Al fin desperté.

Abrí los ojos y me dí cuenta que había dormido de más, no sé exactamente cuánto tiempo, pero al fin desperté. Y estabas ahí, al pie de mi cama, me sentí distinto, cansado, atrofiado.

Traté de levantarme, dar unos cuantos pasos, y simplemente no pude, caí al suelo. –Demonios, tendría que tomarlo con calma.

No dijiste nada, sonreíste con esa estúpida sonrisa tuya, llena de amor y recelo. -¿Cuánto llevas aquí? No respondiste. Me sentía distinto, no mejor, no peor, sólo distinto.

Mientras yacía en suelo mi corazón latía perezosamente, inhabilitado después de tanto tiempo. No pude contenerme y lloré. No era de tristeza ni de felicidad, sólo tenía que llorar.

Miré mis manos y pensé: Qué importa, al fin, tengo todos mis deditos.