Mostro Reglas Para Hacer Un Trío

Hacer un trío, a pesar de lo que hemos aprendido en las películas porno, tiene su chiste. Qué maravilloso sería ordenar una pizza y que el repartidor después de tocar la puerta resultara un experto en atender parejas. Desafortunadamente no es así.

Orquestar los movimientos de tres personas no siempre es sencillo. Muchas veces un trío termina siendo una experiencia "extraña" donde un de los tres termina sintiéndose desplazado forzadamente a convertirse en espectador.

Las primeras veces que Mingo y yo decidimos hacer tríos no siempre fueron afortunados y fue en una visita al TepozSpa que conocimos a cierto personaje con nombre alemán que nos enseñó de manera completamente didáctica (y pública) a hacerlo.

Estábamos muy tranquilos tomando el sol, echando la chela y claro, ligando. Y fue cuando vi a Hans, un tipo alto, delgado y bastante buen cuerpo que en algún momento decidió hacerme la plática y después de besarme me preguntó que con quién venía. -Obvio respondí que con mi novio-. Y de hecho el cabrón besaba tan bien que cuando me preguntó si no se molestaba le respondí -No para nada, es más te lo traigo para que te lo presente y le des un beso. Y así comenzó una tarde de cachondeo que marcó de alguna manera nuestra relación.

Después de un rato decidimos tener un poco más de privacidad y ahí fue cuando la clase comenzó. Honestamente éramos algo torpes y poco coordinados así que Hans tomó las riendas y comenzó a acomodarnos. -Ahora ustedes a mi... ahora tu y yo a el... ahora el y yo a ti... 

Así, sin darnos cuenta, pasaron horas y Mingo y yo salimos un poco borrachos y pachecos, pero sobre todo satisfechos de haber aprendido algo nuevo. 

Con el tiempo hemos ido perfeccionando el arte del Ménage à trois y no les voy a negar que somos muy buenos.

Como lo prometido es deuda aquí están las Mostro Reglas de Oro para hacer un trío (con tu pareja).

1. Acuerdos.
   Una vez que tu pareja y tu hayan decidido hacer un trío es muy importante hablar hasta dónde se va a llegar. ¿Ligue en el antro? ¿Faje? ¿Sexo? ¿Habrá penetración? ¿En su casa o en la de el? Los límites son importantes, nos ayudan a mantener hasta cierto puto el control sobre lo que va a suceder. Es posible que haya cosas en la cama que sólo quieran mantener para ustedes, como esa maniobra especial que descubrieron juntos y que tal  vez no quieran compartir.
2. Definir términos.
   Para evitar malos entendidos es buena idea hablar sobre lo que un "faje" significa para cada uno. No todos tenemos los mismos conceptos. La primera vez que Mingo y yo decidimos hacer un trío quedamos sería sólo un faje... ¡Oh sorpresa!
   
   -Lo bueno es que sólo iba a ser un faje.
   -Pues si no hubo penetración -me respondió sonriendo-.
   
   Lección aprendida: para mi un faje significa manoseo intenso con besos múltiples mientras que para el significa sexo oral, beso negro y terminar en el pecho.
3. Escoger al tercero.
   Honestamente para nosotros ha sido mucho más fácil tener sexo con amigos que con desconocidos. Nunca nos hemos traído algún ligue del antro a la casa y casi siempre "ha salido" no ha sido planeado. Lo importante es y esto no es negociable, tiene que ser alguien con quien los dos se sientan a gusto y que ese alguien se sienta a gusto con ustedes dos. No se vale decir que sí sólo por complacer al otro (al menos no la primeras veces) ya que esto concentraría el juego en sólo dos. Si alguien se les acerca en el antro digan que vienen con su novio y que no hay problema. Habrá muchos que se asusten pero habrá algunos que no. Hay que ponerse abusados por que no faltarán las pirañas que digan que sí al trío nada más por estar con uno de ustedes dos. Recuerden que ustedes son los que controlan el juego, el otro es sólo un invitado sin derechos.
4. Dos para uno y uno para todos.
   Esta es, yo creo, la clave para el éxito de un trío. La idea de estar con un tercero es básicamente hacer cosas que entre dos personas no se puede (tantas cosas vienen a mi mente) entonces el punto es convertir a uno en el objeto de los otros dos. Es probable que las primeras veces el tercero sea quien recibe toda la atención de los dos, pero pueden cambiar lugares. Puedes tener a dos haciéndote cosas en los pezones o a uno mientras el otro te besa o pueden dar un masaje a cuatro manos. Las posibilidades se multiplican con dos bocas y cuatro manos dispuestas. ¿Alguien dijo dos romano?
5. Sean cómplices.
   Una de las partes que más disfruto mientras hacemos un trío son las miradas que nos tiramos Mingo y yo. Nos volvemos complices, usamos al otro y todo el tiempo estamos pendientes uno del otro. Una mirada puede darte entrada a seguir, cambiar lo que están haciendo o detenerse. Diviértanse, aprovechen la oportunidad de tener un sex toy que no está hecho de plástico.
6. El botón rojo.
   Nunca olviden que los que importan son ustedes dos y puede pasar que en algún momento uno de los dos deje de sentirse cómodo, es normal, estamos aprendiendo. No es necesario armar un escándalo, pero sí es importante hacerle saber en ese momento a tu pareja que no te la estás pasando del todo bien. En el momento que cualquiera de los dos apriete el botón rojo y sin reproches de ningún tipo se detiene la acción y una vez que estén solos se habla de lo sucedido.
7. Hablar, hablar, hablar.
   Siempre que terminamos un encuentro hablamos de todo, sí la pasamos bien o no, si hubo algo que no nos gusto, si el tipo realmente no besaba también o si el encuentro valió la pena, de lo que más nos gustó, etc.

Pues ahí están, siguiendo estos pasos nosotros hemos logrado pasar momentos espectaculares y espero de verdad que ustedes también.