sábado, 14 de junio de 2008

Desde Entonces Era Obvio

Es curioso cómo puedo recordar cosas de cuando era tan pequeño. Es casi como si pudiera ver el video:

Íbamos rumbo al kinder en el Fermond azul de mi papá, y de tarea habíamos tenido que recortar y pegar sobre una cartulina la imagen de una maestra, recortar su vestido, ¡tenía todo un set de ropa!, la que se le colocaba doblando unas pestañas blancas al borde, claro que saben de cuáles hablo. Así pues venía jugando con ella… ¿y por qué no? Bajé la ventana y la hacía “caminar” justo por el borde, cabe aclarar que veníamos en el carril de alta velocidad –ahora extintos-, sobre Tlalpan (para lo que sean chilangos o conozcan las calles de acá, si no, simplemente una vía rápida, cuando todavía lo eran). Obvio el viento hizo que saliera volando, bueno, fue tanto el drama por que mi tarea había salido volando por la ventana, que mi padre no tuvo más opción que detenerse ahí mismo y bajar por ella.

Uno de los días más felices que recuerdo en esa escuela fue una Navidad, que la mamá de Daniel se disfrazó de Santa Claus y desde el techo de uno de los salones nos aventaron juguetes. No podría olvidar lo que sentí cuando escuchamos los cascabeles, y salimos todos corriendo desesperadamente para encontrarnos con aquella señora travestida, riendo -¡Ho, ho, ho!-. Debe haber sido algo especial también para ella.

Creo que de alguna manera, Daniel fue mi primer amor, claro, un amor estúpidamente infantil, tierno, algo tonto. Hum… probablemente debí haber notado aquellas primeras señales. No puedo decir que siempre he sido gay, antes no había lívido, no había deseo, no había sueños húmedos ni miradas penetrantes como balas. Sólo había amor.

Bueno basta de cursilerías, me dejé llevar por la nostalgia.

1 comentario:

  1. "...no había sueños húmedos ni miradas penetrantes como balas. Sólo había amor."

    Poesía pura.

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