¿Cómo iba a saber lo que el fin de semana me tenía reservado? Sí, efectivamente como comenté anteriormente esta era mi primera fiesta circuitera desde mi separación y las expectativas eran altas. Aunque no tenía idea de que fueran tan perversas. Es inevitable tener que hablar de un nuevo personaje que llegó a mi vida de manera inesperada, como amigo, y que por circunstancias, ajenas y no, nos han hecho acercarnos de manera más que evidente para aquellos que nos rodean y conviven con nosotros.
Ha sido evidente también, que esta nueva coalición no es para nada convencional y esto comienza a levantar ámpulas moralinas que eventualmente reventarán. Así pues las negociaciones con el próximo Sr. de Mostro nos han llevado a decidir que lo nuestro por el momento es una relación abierta. ¿Cómo así? Pues así... abierta, pero no de piernas, porque al final los que decidimos somos nosotros.
¿Y qué tuvo que ver el cagadero anterior con el fin de semana? Pues ahí les va:
La fiesta en el VD+ pintaba bien, era la primera salida de los nuevos señores Monstro y honestamente estábamos muy emocionados por nuestra nueva "relación abierta". Prepararnos no sólo incluyó comprar nuestras playeras amarillas, también dos semanas intensas en el gym y varias charlas en pareja para decidir el modus operandi durante el evento.
Llegamos muy temprano, tal vez demasiado, pero eso nos dio tiempo de platicar con un buen amigo que ahora es reportero para cierta revista rosa. Así mientras la fila en la entrada iba creciendo nosotros nos preparábamos con un "monster" (obviamente) para tener suficiente energía. Una vez que calculamos que al menos no estaríamos solos dentro del venue hicimos lo propio y nos acercamos con los anfitriones para hacer válidas nuestras cortesías.
Una vez ahí los conocidos empezaron a hacerse presentes, algunas luminarias y unos cuantos gay jet setter's, los besos y abrazos comenzaron a repartirse, las charlas, las presentaciones... es bueno estar de vuelta y esta vez, no estoy solo. Tony Dark Eyes hizo su aparición y con él, la primera ronda de chelas, la música no estaba mal, los beats comenzaron a inundar el galerón de La Viga. Llegó la segunda cerveza y a la mitad, por qué no, compartimos medio dulce cada uno para ir calentando motores. Lo bueno de dejar descansar tu organismo de la "fiesta" es que en realidad no se necesita tanto para iniciar el viaje. Y así fue, media hora había pasado y ya podía sentir las manos sudorosas, la sonrisa inevitable y las piernas hormigueando preparándose para el resto de la noche.
Danny Verde subió a lo que era una especie de avión de papel donde estaba el tornamesas y comenzó, ahora sí, la fiesta (media pa’ ti, media pa’ mi). No pasó ni media hora cuando el despegue era inminente y las playeras salieron para dejar respirar la piel. Unos cuantos besos, un par de abrazos cada vez más intensos, la música subía y con ella nosotros.
Es curioso que uno tenga más posibilidades de llamar la atención cuando va acompañado que sólo, y esta vez no fue la excepción, más de uno se aproximó o hizo el intento al menos, para hacer conversación o tratar de robar un beso. Y la mayoría salen por patas después de escuchar la respuesta a la: ¿son novios? A lo que respondemos “Sí” (aunque en realidad todavía no se ha hecho “la pregunta”). Otros más osados antes de dar el primer beso dicen “pero ahí está tu marido, no se enoja”. La condición es una, somos los dos o ninguno. Así que pocos son los afortunados o los atrevidos. Y así fue que J cayó como del cielo y decidió que podía pasar el resto de la noche con nosotros como “trieja”. El primer beso entre ellos fue extraño, instintivamente miré hacia otro lado, pero luego pensé: ¿Cómo por qué chingaos me voy a andar volteando si justo de esto se trata el asunto? Y luego de unos segundos decidí unírmeles en lugar de mantenerme extraño esperando mi turno. Así comenzó el resto de la noche, entre besos que hacían que todo reventara otra vez, abrazos que se confundían entre lo fraternal del tercero, nuestro enamoramiento y el morbo de las miradas ajenas.
Ya habían pasado varias horas y constantemente bebíamos agua para calmar la sed y el calor de todo lo que ocurría. Extrañé al SkyTeam pero ellos irían a la fiesta de Karma al día siguiente. En algún momento de la noche los beats de Dj Verde se habían vuelto más tranquilos y al respetable pareció no gustarle porque comenzó la rechifla. Prontamente Dalera estaba ya ocupando su lugar y vámonos de nuevo. Las mitades se habían ido sumando y ya habían completado dos enteros. Un par de chelas más y estábamos más que listos para terminar la noche.
Seis treinta de la mañana y estábamos por dar la noche por terminada. Un beso más de despedida a nuestro amigo y salimos del lugar con destino a la guarida de los mostros (donde no se reciben visitas) a dormir por lo menos unas horas.
¿Y yo? Pues yo tengo todos mis deditos y por el momento unos más.
