domingo, 31 de agosto de 2008

Piegra

Ya sé, he sido malo y no he escrito nada. Desde que volví de mí a viaje de NYC, pasaron tantas cosas, que necesitaba tiempo para acomodarlas en mi mente. Tendré que retomar, tanto la crónica del viaje, como la crónica de mi vida.

Es en momentos como estos, en los hubiera (la maldita levedad del “hubiera) querido ser más inteligente con las tarjetas de crédito y tener como más “espacio” para hacer cosas.

Lo importante es que después de caer por el barranco de la soltería (responsable claro está) finalmente caí sobre una “piegra” que no sólo detuvo mi caída: Me lanzó por los cielos de una forma estrepitosa e ilógica. ¿Pero quién soy yo para no tomar tan maravillosa oportunidad? Finalmente a este corazón de perro callejero le llegó quien lo adopte. ¿Por cuánto tiempo? –Qué importa-. Estas convencido y lo puedo ver en tus ojos.

Así pues, sin miedo y convencido me declaro enamorado. Gracias Piegra por tu sonrisa chueca, por las cejas levantadas, por los cigarros que me robas, por soportar mis ronquidos la primera noche, por un fin de semana fenomenal, pero sobre todo, gracias por dejarte querer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Todos los comentarios serán respondidos o borrados según mi conveniencia.