viernes, 30 de noviembre de 2012

Masturbarse por Costumbre

Hace algunos días leí por ahí algo que me causó horror: Masturbarse por costumbre. 

Para mí, masturbarme es todo un ritual y cuento ya con varios props que me ayudan a hacerlo más allá del clásico sube y baja de la mano, en mi caso derecha. Cuando pensamos en masturbarnos automáticamente pensamos en hacerlo lo más rápido y silenciosamente posible y es normal, así aprendimos a hacerlo. Encerrados en el baño, casi sin respirar y con miedo a que en cualquier momento papá o mamá tocara a la puerta preguntando qué demonios estamos haciendo ahí dentro que nos lleva "tanto" tiempo (¿cinco minutos?).Y aunque yo honestamente prefería esperar a estar sólo en la casa para poder hacerlo a mis anchas (y largas) ahora tengo acceso diario a objetos que nunca hubiera pensado en adquirir (ahora ya espero con ansia las novedades y usar mi descuento de empleado).


El primer auxiliar masturbatorio que adquirí fue la misteriosilla crema ID Him que promete mejorar la experiencia de jalársela. La verdad es que la compré un poco incrédulo de que tuviera algún efecto notable. 

Así pues inicié mi ritual de auto amor con un whisky en las rocas, cigarrito y seleccioné alguna escena porno que funcionara como estímulo visual. Ya despierto el muchacho puse una pequeña cantidad de crema y me dí a la tarea de "ver que se sentía". No pasó mucho tiempo cuando sentí un ligero cosquilleo en el glande y pronto descubrí que a más Him más la sensación era más fuerte. No sólo el cosquilleo si no un calorcito bastante agradable. Al final la sensación fue increíble, no exagero. Además no se vuelve pegajosa y es bástante fácil de limpiar. La hay sin olor y con olor a piel para aquellos que gusten de lo "leather".

Aguas: No debe usarse con condones de látex debido a tiene base "aceite" y los rompe. 


En segundo lugar compré un masturbador. Se trata de un tubo que generalmente está hecho de silicona y texturizado por dentro. Puede ser que por fuera no se vean tan bonitos excepto claro los que fabrica Tenga que bien podrían decorar la mesa de la sala. El chiste con los masturbadores es poner por el agujerito una generosa cantidad de lubricante (Base agua ya que los de silicona eventualmente lo dañarán) y una vez llenos de lubricante hay que insertar el tiliche propio, o sea, el de uno mismo, en el mismo agujerito por donde se echó el libricante y ¡voilà! Diversión garantizada.
Alguna de las ventajas es que el pene acostumbrado a la misma mano de toda la vida no asocia automáticamente la sensación por lo que duras más y hasta provoca erecciones más fuertes (Bueno eso me pasó a mi). Ya no hay necesidad de dormirse la mano sentándose en ella para sentir diferente y puede ser bastante divertido si alguien te ayuda. El único "detalle" es que con el tiempo se van aflojando y eventualmente habrá que reemplazarlo. 

Recomendación: Es súper importante lavarlo con agua y jabón después de cada uso y dejarlo secar en alguna repisa del baño o algún lugar que esté oreado. No queremos que se llene de hongos.

Con o sin juguetes, masturbarse merece tanto tiempo y lubricante como sea necesario. Nada de encerrarse en el baño que ya no tenemos doce años. Si no te gusta el porno (que dudo haya gays que no les guste) basta con que te imagines a ese sabrosísimo chacal que viste en el metro, piensa en tu novio, piensa en lo que sea pero consiéntanse. Hagan de cada chaqueta un ritual que no dure menos de 20 minutos (Nada que dure menos de 20 minutos vale la pena el esfuerzo).

Así que nada de que se me la andan jalando por meritita costumbre.





1 comentario:

  1. Este ''blog'' me ha tomado por sorpresa. Nunca se me había ocurrido que habían aditamentos para ayudar al hombre en la masturbación. Creí que eso eran asuntos de mujeres. Muy interesante el artículo.

    ResponderBorrar

Todos los comentarios serán respondidos o borrados según mi conveniencia.