Ducharse o no ducharse, ese es el enema.

Para muchos de nosotros el sexo anal es parte cotidiana de nuestra vida y hace algún tiempo descubrí las duchas anales. Después de mucho investigar y leer en internet, preguntar a mis múltiples amigos médicos decidí hacerlo y desde entonces mi vida cambió. Antes de continuar quiero aclarar que no tengo certificación médica de ningún tipo y que esto lo pongo meramente como referencia en caso de que alguno de ustedes decida hacerlo y como reducir los posibles daños.

¿Qué son exactamente las duchas anales o douching?

El douching es el proceso de hacer pasar un fluido (agua generalmente) en la parte inferior del colon y el recto, la parte responsable de recoger la popó (sí, dije popó), para permitir la limpieza y la eliminación de cualquier residuo.

Esto se puede hacer de varias maneras, incluyendo bombillas especiales que retienen el agua hasta intrincados sistemas que se conectan a la tubería por lo general en la ducha.

¿Hay riesgos al hacerte una ducha anal?

La respuesta es: sí.

• Las duchas no sólo remueven las heces, también se llevan consigo la mucosa que recubre las paredes del recto dejándote propenso a irritación y que sea más fácil la aparición de heridas durante la penetración debido a la fricción.
• Introducir cualquier tipo de objeto en el ano puede provocar heridas. 
• Hacerte una ducha justo antes del sexo puede hacer que escurra algo del agua que quedó dentro.
• El abuso de las duchas puede llagar a interferir con el proceso normal de evacuación.
• Usar otro líquido que no sea agua puede irritar la mucosa y el tejido del recto, lo mismo que si utilizas agua demasiado caliente y quemarte.
• Irónicamente introducir agua en el colon lo deshidrata lo que lo deja propenso a absorver otros fluidos.

¿Cómo llevar a cabo un ducha anal reduciendo los riesgos?

• Si has decidido lavarte es muy importante que utilices herramientas hechas especialmente para eso, no se trata de usar una bolsita con un popote. Existen duchas hechas de silicona, hule o materiales suaves y firmes que permiten una fácil inserción y de tamaño adecuado.
• Revisa perfectamente la punta de la ducha, que sea lisa y sin rebabas que puedan herirte.
• Utiliza lubricante para introducir la punta. Recuerda que con el lubricante entre más mejor, no seas tacaño con tu ano.
• Utiliza agua tibia y sólo agua.
• Si eres principiante puedes utilizar una bomba pequeña como las que se utilizan para limpiar los oídos de los bebés.

Además de las duchas hay un par de prácticas que pueden ayudarte a mantener la salida más limpia.

• Antes de comenzar, tómate unos minutos para limpiarte con toallitas para bebé. Nadie que se considere un gay decente no tiene a la mano un paquete. Es mucho mejor decir "Aguántame tantito" que detener la acción por no estar preparado. De hecho sería muy bueno que hicieras costumbre siempre traer contigo un paquetito, no sólo por si encuentras acción si no por mera higiene personal. El papel puede dejar horribles bolitas que definitivamente no son agradables para nadie.
• Evita comer unas horas antes de tener sexo, además de la pesadez, comer estimula el movimiento intestinal empujando hacia abajo lo que ya estaba ahí.
• Consume fibra en tu dieta, esto ayuda a mantener tus intestinos trabajando regularmente y felices. 
• El sexo anal es por definición sucio y los accidentes pasan, así que relájate.
• Los lubricantes base silicona recubren y evitan a diferencia de los de base agua que las cosas puedan ponerse feas y cafés.

Y este fue el maravilloso mundo de las duchas anales, cuiden todos sus deditos y si algo no se siente bien es momento de detenerse.

P.D. Después de probar varias, esta es la que yo encontré más útil y práctica: Fetish Fantasy Elite Unisex Douche