martes, 9 de noviembre de 2010

Fin de Semana de Muertos en Oaxaca

Recientemente tuve oportunidad de visitar la ciudad de Oaxaca durante las fiestas del Día de Muertos. El motivo de mi viaje fue el bautizo de mis dos sobrinas, o sea, que les sacaran el chamuco para ver si no le salían como el tío. Hace mucho que no salía de viaje con mis papás y uno no puede evitar sentirse “hijo” y mientras avanzábamos por la carretera me llené de recuerdos de cuando era niño y hacíamos lo mismo. Fue agradable ir platicando todo el camino sin necesidad de poner música para evitar el incómodo silencio. Llegamos a Oaxaca ya de noche (con esto del horario de invierno ya es de noche todo el día). Esta era mi segunda visita a Oaxaca y esta vez tenía toda la intención de conocer algo de la ciudad (no tenía idea de lo que me esperaba).



A la mañana siguiente estaba decidido a recorrer algunos museos y así lo hice, me lancé al centro para visitar el Templo de Santo Domingo y cuál fue mi sorpresa que al llegar la zona estaba acordonada por dos muertos a balazos justo en frente de la plaza. Se trataba de dos porros de la Universidad de Oaxaca. Los cuerpos de los asesinados estaban ahí, a la vista de todos sobre charcos de sangre. Parece que la violencia está tomando todo el país y nos deja a los demás indefensos. No permití que este hecho me amedrentara y decidí entrar al museo, ahí estuve un par de horas antes de recorrer varios templos más para terminar la tarde tomando un delicioso chocolate justo en el zócalo.

Al día siguiente había que estar temprano en la iglesia para el fandango y después el desayuno y luego comida… y aunque adoro a mi familia, no así a los hijos de otros, ya para las siete de la tarde estaba a punto de volverme loco así que pedí la ayuda de un buen amigo oaxaqueño para que me diera el tour por los lugares de la ciudad.

El recorrido comenzó en La Casa del Mezcal, donde obviamente tomamos un par de chelas y mezcales. No hay muchos lugares para ir siendo gay en Oaxaca y de hecho todos puedes recorrerlos en una sola noche. La segunda parada fue un lugar pequeño del cual no recuerdo el nombre, muy al estilo de los lugares de la Zona Rosa ahí nos echamos otra cubeta de cervezas. Después de ahí al parecer todos terminarían en lo que le llaman “el número” que en realidad es el 502… En la calle de Porfirio Díaz número 502 está el antro digámoslo así, donde van todos. Música electrónica y el ambiente bastante prendido, mucho calor y eso sí NO SE PUEDE uno quitar la playera. Tampoco venden dulces así que pues pura chelita y RedBull.

Ya como a las 3 mi cuate me dijo que cambiáramos de lugar no sin antes advertirme que se trataba de un lugar bastante feo. Dado mi espíritu aventurero obviamente le dije que no había problema… y así fue como llegamos a La Costa. Un lugar de estripers con tubo y toda la cosa. La verdad me he divertido como enano que le roba el trineo a Santa para irse de parranda. Nos dieron las 6 de la mañana cuando era hora de partir.

El domingo pintaba tranquilo, tuve oportunidad de conocer Monte Albán, cosa que no  había podido hacer anteriormente. Ya de regreso en el zócalo y mientras tomaba una chela con mis papás, recibí un mensaje de el oaxaqueño diciendo que tenía boletos para ver un espectáculo llamado Catrina. Qué super producción en el teatro Macedonio Alcalá, 65 actores, bailarines, músicos y la voz de Alejandra Robles “la morena”. El teatro a lleno total y de verdad me hizo tirar un par de lagrimitas.

Al salir del teatro me tocó visitar el panteón central iluminado por miles de veladoras, de verdad que fue una experiencia conmovedora.
Ya para terminar alcanzamos al elenco de Catrina para tomar más cervezas y poder ir a descansar para al día siguiente regresar al defe.

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