martes, 22 de enero de 2013

Erotismo al Maxculino


Fue hace un año que entré a trabajar al corporativo de conocida sex shop y mi vida literalmente se sexualizó por completo. Desde que me despierto hasta que me duermo lo único que veo, escucho, hablo, tuiteo... es sexo, aunque siendo realistas siempre pienso en sexo. Todo el tiempo. Pero ahora la gente con la que me relaciono ahora tiene que ver con la industria del sexo: Directores porno, actores porno, prostitutos, masajistas eróticos... y fue en este último giro donde entra André. Un llegado de Quebéc que se instaló en México con el fin de, como el lo dice, erotizar a todos los hombres del país. Con esto no se refería a acostarse con ellos, aunque no dudo que si tuviera oportunidad lo haría.

Por hacerle un poco de promoción oportuna al taller que el imparte: Erotismo al Maxculino decidió regalarme una cortesía para el mismo. Lamentablemente por tiempos y situaciones no pude atender a el y me lo cambió por un... -se abre la cortina número dos-. Un masaje erótico.

Honestamente yo iba sin tener idea de qué se trataba y obvio pasaron por mi cabeza toda clase de perversiones. Llegué a su casa y platicamos un poco, yo estaba nervioso, no sé por qué pero lo estaba. Pasamos a su estudio de masaje y me pidió que me desnudara. Me explicó un poco sobre lo que pasaría, el masaje se dividía en tres partes, despertar el cuerpo, un masaje de relajación y la parte del masaje erótico. Acto seguido me pasó un paliacate para vendarme los ojos por dos motivos, me concentraría más en las sensaciones y para proteger su método.

Pasó la primera parte, la cual no puedo detallar... luego el masaje relajante y vaya que me relajó. La parte interesante vino durante el masaje erótico, sí manipula los genitales, de hecho la base del masaje es generar energía sexual y distribuirla por todo el cuerpo lo cual llevaba a que la erección se me bajara. Me había dicho que esto era muy normal y que tenía que tratar de no pensar en ello. Finalmente logré hacerlo y dejé de preocuparme. Y ahí comenzó el viaje.

Es muy complicado hablar de lo que sucedió durante los masajes, tuve visiones, visiones extrañas y no estaba drogado. Durante el primer masaje vi fogatas, lanzas, hombres preparándose para ir a cazar justo antes del amanecer. Logré conectarme con una parte muy masculina (ríanse lo que quieran) que no sabía estaba ahí. Salí de ahí sintiéndome algo atontado pero distinto. De alguna manera más fuerte, más convencido de mi mismo.

Durante la segunda sesión el viaje fue todavía más intenso. Sentí como me dividía en tres partes consientes cada una, unidas por delgados hilos de plata, mientras mi parte física permanecía inmóvil, mi parte espiritual se mantenía atenta mientras era mi mente la que viajaba. Insisto, no es fácil explicar lo que vi. Pero supe en algún momento que de alguna forma me estaba viendo a mi mismo. Nunca me había sentido tan conmovido en mi vida y al "regresar" lloré casi cuarenta minutos sin parar.

Después de esa segunda sesión fue que André me invitó a trabajar con el como asistente en el taller Erotismo al Maxculino. Antes de volverme asistente tuve la oportunidad de tomar el taller con Mingo. Yo quería que el pudiera experimentar, si no lo mismo que yo, sí lo que a el le tocara vivir. Y estoy seguro que no fue en vano. No sé decir exactamente cuales fueron los botones que se apretaron pero es evidente que hubo cambios. Uno aprende muchas cosas en este taller, no sólo a como manipular el pene de manera creativa, si no que también a disfrutarse y dejarse disfrutar. 

Vivimos en una sociedad que en su afán de ser "equitativos" con las mujeres nos termina discriminando, o al menos, así es como yo lo siento. El taller, estas personas, este nuevo grupo de amigos que he hecho me han llevado a ver una parte espiritual de mi que no había conocido.

Si a alguien le interesa más información visiten:

http://www.erotismomaxculino.com/



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