Un año de reconciliación conmigo mismo, de exploración y auto reconocimiento, en el que conseguí un trabajo que me gusta y que finalmente me devolvió la estabilidad económica que había perdido hace tres.
Este año me trajo muchos amigos nuevos, a otros de regreso y se llevó a unos cuantos al olvido. Me enseñó que no siempre a la gente que se le ayuda lo merece y que no por eso uno debe dejar de abrir las puertas de su casa y de su corazón.
El post de hoy es sólo para darles las gracias por regalarme unos minutos de su vida, por hacerme sentir que puedo comunicarme con ustedes a través de esto y que no estoy tan sólo en este mundo.
Así que antes de despedirme de ustedes quiero pedirles que el próximo año, tengan mucho sexo, fumen, tomen, dróguense si quieren, hagan ejercicio, sean amables con extraños, escuchen a sus amigos, hagan al menos una cosa que les de miedo, usen bloqueador, desnúdense mucho, desvélense hasta ver el amanecer, canten a todo pulmón bajo la regadera, adopten un perro o un gato pero sobre todo enamórense, enamórense cinco, diez veces, las veces que sean y manténganse enamorados todo el año.
¡Cuiden todos sus deditos y feliz año!
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